Has elegido al hámster perfecto y has traído todo lo necesario para cuidar de él. Lo has llevado a tu casa, y te has sentado los últimos dos días hablándole y mirando a tu mascota, y ahora piensas que está listo para comenzar a domesticarlo. Sólo que no estás seguro de por dónde empezar o cómo hacerlo.
Puedes pensar que la domesticación de un hámster es difícil y consume mucho tiempo, incluso puede ser frustrante a veces, cuando sientes que no estás recibiendo nada. Desde el punto de vista de tu hámster eres una criatura extraña, que lo ha sacado de la única casa que conocen. Están en un ambiente extraño y necesitan tiempo para acostumbrarse. Son muy pocos los hámsteres completamente cómodos con un nuevo lugar desde el principio. Depende enteramente del animal, como las personas, los hámsteres tienen sus propias personalidades y temperamentos. El proceso de domesticación debería tener lugar en la tarde o en la noche.
Conocer al hámster es el primer paso para domesticarlo. Comienza por hablar con tu hámster mientras está en su jaula y juega. Le puedes dar una golosina a través de la barra cada vez que te sientas a hablar con él, para que entienda que tú significas cosas buenas.
El siguiente paso es tocar a tu hámster, usa guantes si te sientes nervioso acerca de la mordedura, ya que esto aumentará tu confianza y hará al hámster más seguro también. Si estás nervioso, el hámster detectará esto y se volverá ansioso y muy asustadizo.
Una vez que estás sentado cómodamente cerca de la jaula del hámster, dejar que el hámster te huela la mano y ofrécele un convite. Hable con él por un tiempo y acarícialo por la espalda con suavidad si parece calmado. Si se asusta, para y ponen la tapa de nuevo. Deja que se calme y vuelve a intentarlo. Lo mejor es no presionar al hámster cuando se trata de hacer amistad con él.
A medida que el hámster se acostumbra, deberías ser capaz de poner tu mano en la jaula y el hámster puede subirse a comer un poco de comida. No levantes la mano al principio, pero deja que el hámster se acostumbre a estar sentado en tu mano. Cuando te sientas más seguro, puedes probar recogiendo el hámster suavemente con las dos manos. Levanta al hámster de modo que quede frente a ti y sepa lo que está pasando, de lo contrario pueden sentir miedo y correr.
Evita el cargar a tu hámster hasta que te sientas lo suficientemente cómodo para quitarte los guantes, si los ha usado. Entonces debes ser capaz de levantar al hámster de su jaula, y llevarlo a conocer nuevos lugares.
Es un proceso que lleva tiempo y puede resultar en dedos mordidos, pero vale la pena. Un hámster domesticado debe ser tierno, con ganas de verte y curioso acerca de su entorno. Los hámsteres son curiosos por naturaleza y les encanta explorar. Intenta mostrarle a tu hámster las escaleras y ve cómo suben hacia arriba y abajo. Un sofá es también un buen lugar para manejar a tu hámster ya que hay mucho espacio para que el hámster pueda caminar y puedes mantener una estrecha vigilancia sobre él al mismo tiempo.